16 de enero de 2012

Dulce no hacer nada


Yo al menos me doy cuenta de que empezaron las vacaciones cuando, con el viento raspándome los oídos, dejo que la vista suba flotando desde el libro y me pongo a pensar maneras precisas de nombrar, digamos, un sonido; por qué no existe algo como "thump" o "thud"; cómo incide en el ánimo ese ruido particular que hace una pelota de fútbol cuando es pateada en la arena, cerca del mar.

(Y leía a Claire Keegan, que encuentra maneras precisísimas).

7 de enero de 2012

Lo del ruidito del teclado me llevó a este poema

De James Schuyler que traduje y será parte de un libro con poemas suyos.

"Desde el cuarto..."

Desde el cuarto de al lado
el amigable golpeteo
de una máquina de escribir eléctrica. 
Zumban moscas en el vidrio
de la ventana. Es la época
en que mueren. La casa
está pintada de gris. Los campos
se empelusan de
algodoncillo. Junto al
estanque, un castor roe
un árbol. Esos dientes, tan
filosos. El camino serpentea
colina abajo hasta llegar acá
después se aleja serpenteando.
El bosque está marrón.
El cielo es gris. Qué
silencio increíble en
esta colina rodea
el amigable golpeteo,
el zumbido de la muerte.

5 de enero de 2012

Futurologando

A veces mis hijos me dicen cosas que en mi mente se traducen de inmediato a: "Cuando yo era chico/a...".


Por ejemplo hoy, Amelia: "Cuando me despierto me quedo muy callada tratando de ver si escucho el ruidito del teclado. Así sé si estás trabajando en tu escritorio o no".

4 de enero de 2012

La otra yo




Tengo un trabajo nuevo que logró extirparme de mi eterna silla frente a la computadora. Así aparezco en distintos lugares y distintas situaciones y por lo tanto ya no soy sólo la de la silla. Acá por ejemplo retratada por Patricia Parodi en el taller de Ernesto Pesce
Muy amablemente Patricia me regaló el retrato, ¡y ahora puedo verlo desde mi eterna silla!