23 de septiembre de 2012

Cuando sea grande quiero traducir del italiano


Dunque sigo practicando. Dos Rodaris más, en versión dominguera.

¿Por qué la gente no se lleva bien?

Se lo pregunté a un conocido que se las sabe todas. Me respondió:  "Y... ¡tantos cerebros como cabezas!". ¡Cielos! También él era un Viejo Proverbio y no me había dado cuenta. "Más que de las cabezas", dije, "¿no será culpa de los monederos? Ricos y pobres no pueden pensar las mismas cosas".
   Él lo pensó un momento y finalmente dijo:
Tantos cerebros como monederos! ¡Pero éste es un proverbio nuevo!".
   El Viejo Proverbio se horrorizó de tanta audacia, y del horror le vinieron paperas.


¿Por qué el agua es incolora?

El agua deja pasar los rayos de la luz sin absorberlos: por eso no tiene color propio.
"Soy apolítica", dice el agua; "no soy ni roja ni negra".
   Luego se descubre que basta un sobrecito de brillantina para volverla amarilla, verde, marrón; del color que quieras. Es un personaje sin carácter: usala para lavarte, pero retirale el saludo.

17 de septiembre de 2012

Se viene el rusaje




Se me juntaron dos fechas; lo que nunca. Qué va' cer.

10 de septiembre de 2012

Cholulectura


La primera vez que leí a Fabio Morábito fue de unas fotocopias, o tal vez no exactamente, pero tengo la sensación de que eran cosas sueltas -- algo online, puede ser. Me pareció que me hablaba sólo a mí y yo ni sabía bien quién era; lo encontré por casualidad. Entonces procedí a poner varias líneas de un poema suyo en uno mío; entre comillas me pareció suficiente, se ve, porque no aclaré en ningún lado a quién citaba.
Más tarde supe y leí más de Morábito y además maduré un poco y me di cuenta del casi-afano que había cometido. Conseguí su mail y confesé, y le pedí disculpas, y cuando el poema volvió a publicarse, en una antología, tuve la decencia de agregarle un asterisco y explicar a quién pertenecían esos versos entrecomillados.  
Después lo conocí en persona y otra vez con las disculpas. Creo que lo harté.
El domingo que viene comparto con él mesa de lectura. Imagínense.
También con Samira Negrouche, a quien no conozco pero tengo muchas ganas de conocer. A ella no le robé nada, pero ya se presentará la ocasión.
No sé si leer el poema con los versos entrecomillados; es viejito. ¿Como una gracia, tal vez? O como un "gracias".
Seguro voy a leer otra apropiación: algunas traducciones de James Schuyler, ya que  pronto va a salir el libro por Gog y Magog.