19 de noviembre de 2015

Era éste el poema que quería

No sé qué estaría haciendo cada uno de ustedes (hypocrites lecteurs!) el martes pasado a la 1 del mediodía, pero yo viajaba en un colectivo de la línea 140 y descubría el poema que me cambiaría la semana -- quien dice la semana dice tal vez el mes, la vida. Bueno, tiendo a exagerar. Pero qué poema. Es de Patrizia Cavalli, de un libro que me trajo de Italia mi querida María Folatelli. Lo traduje impulsivamente, así que tal vez tenga que rehacerlo pronto. Pero lo copio acá, y supongo que copiaré varios más en los próximos días (semanas, meses, vidas).


Era ésta la madre que quería,
oscura y melancólica
alejada del mundo
ansiosa.
Habla poco y se come las palabras.
Se cae a veces y enseguida se levanta.
Era ésta la madre que quería,
oscura dolorosa
renga
y he luchado contra las hermanas
he destruido a los hermanos
porque era ésta la madre que quería,
voluntariosa amplia cerrada prisionera.
No quería otra madre que ésta,
cabellos mal crecidos que no encuentran
forma ni paz, la copia descuidada
de sí misma, pasada de dulzura,
el único lujo era su fuga
delante del espejo
mientras se vestía.   

Delante del espejo mientras se vestía
la mirada se le bifurcaba
perdida en una imagen futura,
en ella vi la primera ladrona
que me robaba la imagen segura
y la sacaba a la calle y regalaba
eso que sólo tenía que ser mío.

5 de noviembre de 2015

Salió el Em John

Ese libro alucinante sobre el que estuve aplicando algunos meses mis labores de traductora ya está, calculo, en las librerías, y si no es hoy será mañana. Lo recomiendo con fervor, no por la parte que me toca sino por la parte que le toca a M. John Harrison.




Acá la primera página del que tal vez sea mi cuento preferido de esta selección, que armó y prologó Matías Serra Bradford para Edhasa.